Es cierto que siempre he sido una persona bastante independiente e incluso de pocas amistades.

Nunca he dejado de hacer lo que quiero porque no tenga a alguien que me acompañe en esa aventura, o decisión.

 Es más, siempre he pensado: “venimos solos al mundo y solos nos vamos”.

Con decirte que cuando estaba joven, (aún lo soy ja, ja, ja) si me interesaba una película que a otros no le llamaba la atención, iba sola al cine.

¡¡Pero hey!!, cuando llegó la menopausia a mi vida, sentí la necesidad de consejos, de tener a alguien para compartir lo que estaba viviendo.

 No entendía el torbellino de emociones que estaba experimentando.

En un mismo día podía llorar, estar alegre, tener rabia, no quería que nadie me hablara, pero al mismo tiempo necesitaba protección… UFF sé que me entiendes, porque, aunque nos llamen locas, tú sabes que no lo estamos.

Poco a poco me fui relacionando con otras mujeres que estaban pasando por la misma etapa y entendí que necesitamos de espacios de contención.

Porque no solo renacemos en grupo, sino que también sanamos. Necesitamos de espacios seguros para ser escuchadas, necesitamos nuestro Refugio de Inspiración.

Si necesitas una tribu de afines donde ser escuchada y acompañada a creer en ti de nuevo, te invito a suscribirte a la newsletter. ⬇️

Saludos, alma bella.

🌼 Leonor